viernes, 19 de julio de 2013

GUITARRON MEXICANO

Guitarrón mexicano

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José Velasco Olivares "Pelacuas"
El guitarrón mexicano es un instrumento musical de cuerdas inventado en México en el siglo XIX para tocar la sección de las notas más bajas en el mariachi. Recuerda por su forma y cordaje a la guitarra pero es más grande, ancho y con el mango proporcionalmente corto. Usa seis cuerdas, las cuales son de distinta afinación que las de la guitarra, y se toca usando dos de ellas a la vez para dar más fuerza y volumen al sonido. De este modo resulta tener una sola octava. La afinación común es La Re Sol Do Mi La.[1]
El afinamiento de las cuerdas es una quinta abajo de las notas de la guitarra. Así por ejemplo:
La primera cuerda de la guitarra normalmente se afina en la nota mí. En el guitarrón, se afina en la nota la.
La segunda cuerda de la guitarra normalmente está en la nota sí; en el guitarrón estará en la nota mí.
Y así sucesivamente con la 4 cuerdas restantes.
El guitarrón fue inventado en substitución del arpa, encargada en tiempos remotos de proveer las notas más graves en el grupo musical, la cual no permitía al arpista mariachi (el ejecutante de arpa en una banda de música mariachi) moverse cómodamente entre el público como podían hacerlo los otros componentes de la banda para darle mayor versatilidad al grupo.
El desarrollo moderno de la técnica de Guitarrón, fue realizado por José Velasco Olivares “Pelacuas”, originario de Guadalajara Jalisco; fue el maestro de varios músicos incluyendo Natividad Santiago, Berna Santiago, por citar algunos; otros ejecutantes de guitarrón adoptaron su técnica como Gregorio Ramírez “El Huiloto” entre otros.
El desarrollo de la técnica de Guitarrón del “Pelacuas” lo llevó a participar en innumerables grabaciones desde la década de los 50´s hasta los 70´s, participando con la mayoría de los mejores mariachis de México y cantantes de este género, que incluye grabaciones con el Mariachi Tecolotes, Mariachi Nacional de Arcadio Elías, Mariachi Jalisco y México de Pepe Villa siendo integrante del mismo, Mariachi Vargas de Tecalitlán (p.ej. grabaciones de Luis Aguilar), Mariachi Marmolejo, Orquesta de Ingeniería del I.P.N., Los Hermanos Aguilar de Michoacán, Mariachi Internacional y Los Charros de Ameca de Román Palomar, Mariachi de Román Palomar, Tríos (p.ej. Los Ases “Estrellita”, Los Mexicanos), Grupo de Norteños y Jarochos.
La técnica de José Velasco “Pelacuas”, incluye la posición de colgar el Guitarrón en el hombro derecho, la forma de “jalar” las cuerdas, octavar las notas (doble cuerda), la afinación, la práctica de la digitación para el desarrollo de la velocidad, claridad, brillantez y sonoridad al ejecutar las melodías en el Guitarrón.
La contribución al desarrollo de la técnica de José Velasco Olivares “Pelacuas” ha sido complementada por José Velasco Jr. quien es conocido en el ambiente musical como “Pelacuas” heredando el mote de su Padre. José Velasco Jr., actualmente es Maestro de varios músicos en la zona de Los Ángeles California, impartiendo la “Técnica Superior para Guitarrón”, así como clases de armonía moderna, composición, vocalización, solfeo, etc. contribuyendo así a la formación de músicos de mariachi actualmente.

Ejecutantes famosos[editar]


EXCELENTE INTERPRETAR ESTE INSTRUMENTO....................

Tomado de wikipedia

HISTORIA DE LA VIHUELA

La vihuela es un instrumento de cuerda, que fue muy popular en la Península Ibérica (España) y, en menor medida, en Italia, durante el siglo XVI. En España, coexistió con el laúd, que era el instrumento más popular en el resto de Europa.

Índice

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Descripción del instrumento[editar]

La vihuela es un instrumento cordófono en forma de 8, parecida a la guitarra actual, utilizada en todos los estratos sociales, (la guitarra era usada preferentemente por la clases más bajas). La iconografía española del siglo XV, así como algunas fuentes italianas, portuguesas y japonesas, nos muestran vihuelas con escotaduras laterales del tipo violín. Su fondo podía ser plano, abombado o acanalado. Cuenta con seis o siete órdenes (pares) de cuerdas (aunque hay fuentes que mencionan hasta ocho) que posiblemente se afinaban al unísono, aunque no hay evidencia conclusiva al respecto. Las cuerdas eran de tripa ya que las cuerdas entorchadas con metal no aparecieron hasta mediados del siglo XVII. Su tamaño y variación era variable. Generalmente es aceptado que la primera cuerda era simple, al igual que la "chanterelle" del laúd, si bien hay vihuelistas que actualmente usan todos los órdenes dobles.

Historia[editar]

La vihuela alcanzó su máximo esplendor en la Península Ibérica durante el siglo XVI, en un ambiente cortesano, y bajo el amparo de las capillas musicales de reyes y nobles. Su ámbito no quedó reducido a la península, teniendo en cuenta los continuos viajes de los reyes Carlos I de España y V de Alemania y Felipe II de España (y, consecuentemente, sus capillas musicales) por toda Europa; el instrumento también cruzó el océano y llegó al Nuevo Mundo, como lo demuestran los libros de cargo y las Ordenanzas de Violeros de la Ciudad de México en 1568. Si repasamos los inventarios de instrumentos musicales en las cortes españolas (Reyes Católicos, María de Hungría, Palacio Real), observaremos una evidente presencia del laúd, que en España era conocido como vihuela de Flandes; la convivencia de ambos instrumentos en las capillas españolas del siglo XVI está plenamente demostrada por la documentación de la época, que nos muestra a músicos, como Martín Sánchez, sirviendo como laudista a Juana la Loca, madre de Carlos V. Después fue vendida al rey de Francia.

Interpretación de la vihuela española[editar]

El compositor del renacimiento Alonso Mudarra era muy celoso de la interpretación de sus piezas. Emilio Pujol hizo la introducción y un estudio del libro de Mudarra Tres libros de música en cifra: para vihuela (Sevilla, 1546) y en él especifica que este compositor renacentista no permitía ni ornamentos ni glosas (a diferencia de lo que ocurría con las composiciones para tecla). El compositor Valderrabano dejaba en sus composiciones que el intérprete pudiese improvisar según sus habilidades técnicas, así lo redacta él en su libro llamado Silva de sirenas en cuyo prólogo él escribe “no puse glosa en todo lo de compostura por que mejor y con menos dificultad se pueda tañer y cada uno glose según su mano, y por que la música que ahora se compone lleva tanto contrapunto que no sufre glosa, aun que en algunos puse la que convenía como nuestra para los que quisieran tañer”.[1]

Instrumentos originales conservados[editar]


Vihuela "Guadalupe"
Sólo se han conservado tres ejemplares que pueden considerarse con toda seguridad vihuelas:
  • La vihuela "Guadalupe", que se conserva en el Musée Jacquemart-Andrée de París
  • La vihuela "Chambure", exhibida en la "Cité de la Musique" (E.0748), también en París.
  • La vihuela de Quito. Se conserva en la Iglesia de la Compañía de Jesús, en Quito. Se trata de una reliquia de Santa Mariana de Jesús.
Otros instrumentos que podrían ser vihuelas:
  • Un instrumento construido por Belchior Dias en Lisboa, en 1581. Se exhibe en Londres, en el Royal College of Music. Los especialistas difieren sobre si este instrumento es una vihuela o una guitarra renacentista.(Más bien guitarra barroca, ya que este instrumento tiene cinco órdenes)

historia de la guitarra

El nacimiento de la guitarra española (siglos XVI al XVIII)[editar]

La guitarra española, más que un instrumento musical de raíces europeas o árabes, debe considerarse un instrumento que nace como consecuencia del contacto de las culturas hispano-cristiana e hispanomusulmana en la Edad Media.
En los reinos cristianos, de España y Europa, existía un instrumento conocido como guitarra con cuatro pares de cuerdas, de forma redondeada y caja abombada, parecido a la vihuela. Y en los reinos musulmanes de España el qitar o guitarra morisca, de tres pares de cuerdas, que pueden ser considerados precedentes directos de la guitarra española.
El prototipo de lo que hoy es la guitarra española, tal como la conocemos ahora, apareció en el siglo XIV. El instrumento era utilizado en España por el pueblo para acompañar canciones y bailes populares. Mientras la vihuela se convertía en el instrumento de cuerda preferido por los músicos cortesanos, a diferencia de las cortes europeas donde se imponía el laúd.
La vihuela, que tenía 6 pares de cuerdas, y no se diferenciaba demasiado de la guitarra, contribuyó posteriormente a su desarrollo en España, enriqueciendo su técnica y elevando la categoría de sus composiciones.
El hecho fundamental para que la guitarra progresara musicalmente fue la incorporación de una quinta cuerda en el siglo XVI. Durante mucho tiempo se ha atribuido su implantación al poeta andaluz Vicente Espinel, amigo de Miguel de Cervantes y gran aficionado y estudioso del instrumento.
Las guitarras de cuatro y cinco órdenes convivieron durante gran parte del siglo XVI. Y, vihuelistas como Mudarra y Fuenllana compusieron obras para ambas guitarras.
Incluso en la actualidad sobreviven pequeñas guitarras de cuatro cuerdas como el requinto aragonés o el guitarro de Castilla-la Mancha
Finalmente la guitarra de 5 órdenes se impuso como modelo en toda Europa gracias a la obra “Guitarra española de cinco órdenes, la cual enseña de templar y tañer rasgado” publicada en 1596 por el catalán Joan Carles Amat (1572/1642) que obtuvo un éxito extraordinario en toda Europa y generalizó su denominación.
El apogeo de la vihuela en la música instrumental española fue tan intenso como fugaz. Desde finales del siglo XVI, cuando la cultura renacentista da paso al Barroco la selecta vihuela fue sustituida en los salones por la popular guitarra en apenas dos décadas.
Durante el siglo XVII la nueva guitarra española se convierte en un instrumento habitual en los círculos musicales de toda Europa. Y será a partir de entonces cuando comienza a progresar realmente.
A principio las composiciones estaban vinculadas a las danzas y al uso rítmico del instrumento pero las técnicas heredadas de la vihuela, sobre todo el uso del punteado favorece la aparición de obras más complejas y produce su explosión artística.
La obra más brillante del barroco español fue la de Gaspar Sanz (1640/1710), titulada Instrucción de música sobre la guitarra española que significó la introducción de la guitarra en los ambientes cultos.
Pero aunque en España existían grandes artistas del instrumento como Luis de Briceño, Lucas Ruiz de Ribayaz y Francisco Guerau la mayor actividad guitarrística en el siglo XVII tuvo lugar en países como Francia donde era el instrumento favorito de Luis XIV con compositores como Jean-Baptiste Lully (1632/1687) y sobre todo en Italia con figuras como Francesco Corbetta (1615/1685) considerado el mejor guitarrista de la época.
A pesar de ello, la guitarra seguirá sin ser aceptada en la música de cámara, donde el clave y los violines imponían su dominio, ni en la religiosa.
En el siglo XVIII, tras la brillantez del periodo barroco, si bien musicalmente no se da ningún progreso musical, sí se producen una serie de transformaciones físicas en el instrumento que mejoran sus condiciones técnicas y sonoras, adquiriendo muchas de las características básicas de la guitarra actual.
Se añade la sexta cuerda, se sustituyen los órdenes dobles por simples, aumenta el tamaño del instrumento mientras disminuye las escotaduras de la caja. Se implanta el clavijero metálico y se extienden los trastes hasta la boca de la guitarra.
Estas innovaciones no se produjeron al mismo tiempo sino que fueron difundiéndose a medida que transcurría el siglo XVIII. Incluso hasta principios del siglo XIX.
Las crecientes posibilidades musicales, así como la mayor consideración de la guitarra española, hizo que a finales de siglo, se empezara a utilizar en la música de cámara donde destacaron dos intérpretes el francés Charles Doisy y el español Fernando Ferandiere.
Junto a esos virtuosos, destacan dos compositores italianos afincados en España: Luigi Boccherini y Federico Moretti. Así como el español Fray Miguel García, conocido como el Padre Basilio cuyo magisterio musical influyó en muchos de los grandes guitarristas españoles de principios del siglo siguiente.

La consagración de la guitarra clásica (siglos XIX y principios del XX)[editar]

Durante la primera mitad del siglo XIX, en el periodo Pre-romántico, la guitarra conseguirá al fin su aceptación como instrumento de concierto en toda Europa.
Uno de los mitos de su tiempo, el famoso violinista Niccolò Paganini compuso un considerable número de obras para guitarra incluso Franz Schubert fue un gran aficionado al instrumento.
Es la época (1833) en la que el instrumento se implanta en Estados Unidos de la mano de un emigrante austriaco Christian Frederick Martín, aunque allí sufrirá otro tipo de evolución incorporando cuerdas de acero para integrarse en las particularidades de la música popular de ese país.
En España sobresalieron a principio de siglo, dos guitarristas fundamentales en la historia del instrumento Fernando Sor y Dionisio Aguado.
Fernando Sor
Fernando Sor (1778/1839) es considerado como el mayor compositor de guitarra del siglo XIX y su labor interpretativa, compositora e incluso didáctica (Méthode pour la guitare) (1830) contribuyó de modo destacado al prestigio de la guitarra en gran parte de Europa.
Nacido en Barcelona, abandonó España tras aceptar un puesto administrativo durante la ocupación francesa y ser tachado de "afrancesado", residiendo desde entonces en París y en Inglaterra, y estableciéndose temporalmente en Rusia.
Dionisio Aguado (1784/1849) nacido en Madrid, donde conoció a Sor, se formó con el Padre Basilio pero también se estableció en París. Ambos artistas entablaron una profunda relación que dio lugar a una obra titulada “Los dos amigos” compuesta por Sor.
Sin embargo cada uno tenía posturas contrarias en lo que constituía la gran polémica guitarrística de la época: atacar las cuerdas de la guitarra con las uñas (Aguado) o con las yemas de los dedos (Sor)
De todos modos ambos fueron grandes guitarristas, aunque Aguado destacó sobre todo en el plano didáctico con la publicación de “Colección de estudios para guitarra” (1820), "Escuela de guitarra” (1825) y “Nuevo método para guitarra” (1843) que constituyen el tratado más importante sobre el instrumento del siglo XIX
Junto a estos nombres no se puede olvidar a Antonio Torres Jurado (1817/1892). Nacido en Almería su aportación como constructor de guitarras fue tal que los guitarreros de España y Europa adoptaron sus reglas convirtiendo su modelo a partir de entonces en el canon de la guitarra clásica contemporánea.
Su mayor logro fue el sistema de refuerzo con varas de madera en abanico en el interior que conseguía aumentar el tono y el volumen de sonido para los conciertos en grandes auditorios al tiempo que aumentaba el tamaño de la guitarra y reducía el grosor de la tapa.
Torres Jurado no sólo diseñó las líneas maestras de la guitarra clásica española, sino también de la flamenca.
El siglo XIX termina con una figura clave en la guitarra española Francisco Tárrega (1852/1909) Nacido en Villarreal es considerado el padre de la guitarra clásica contemporánea. No sólo compuso obras de extraordinaria belleza como “Capricho Árabe” o “Recuerdos de la Alhambra”, sino que adaptó obras de compositores como Beethoven, Mozart, Bach, o Haendel.
Pero además su dedicación a la guitarra le llevó a desarrollar una ingente labor estudiando los más mínimos detalles: perfeccionó las reglas académicas de la guitarra clásica, la forma de sujetar el instrumento, el modo de pulsar las cuerdas, la postura ideal del intérprete, etc. Introduciendo el uso de una pequeña banqueta para apoyar la pierna sobre la que reposa la guitarra, alcanzando la altura ideal para la ejecución. Creando una escuela guitarrística que siguieron todos los grandes intérpretes del siglo XX.

El Siglo de Oro de la guitarra (siglo XX)[editar]

El siglo XX, es la edad de oro de la guitarra clásica española. En este siglo consigue su definitiva maduración como instrumento y se establecen las normas de interpretación de esta. Las grandes generaciones de compositores e intérpretes han llevado a la guitarra a lo más alto.
Han sido casi seis siglos de evolución los que han llevado la guitarra de las tabernas a los escenarios sin por otra parte perder su carácter popular pues no hay en la actualidad un instrumento más universal y versátil que la guitarra.
Los primeros grandes compositores españoles del siglo XX Isaac Albéniz (1860/1909) y Enrique Granados (1867/1916) se sumergieron sin prejuicios en las raíces nacionales y sobre todo en la música popular andaluza que disfrutaba de un gran auge en la época.
Posteriormente, compositores como Manuel de Falla (1876/1946), Joaquín Turina (1882/1949), Federico Moreno Torroba (1891/1982), Joaquín Rodrigo (1901/1999) junto con Leo Brower compusieron numerosas obras sinfónicas o para guitarra solista.
Junto a ellos intérpretes como Miguel Llobet (1878/1937), guitarrista y compositor catalán, discípulo de Francisco Tárrega, uno de los creadores de la moderna escuela de guitarra. Así como la madurez del gran Andrés Segovia (1893/1987). La prodigiosa naturalidad, estilo puro, elegante y refinado de Regino Sainz de la Maza (1897/1981). La excepcional técnica interpretativa de Narciso Yepes (1927/1997) que interesado en la búsqueda de nuevas posibilidades añadió cuatro cuerdas más a su guitarra.
Cada uno con su propio estilo consiguieron vencer la indeferencia de los públicos que solo deseaban escuchar música española, de los músicos que rechazaban las transcripciones, de los conservatorios para los cuales un guitarrista no era un músico y la guitarra era un subinstrumento.
Resulta difícil destacar entre todos ellos algún nombre pero hay dos figuras particularmente brillantes en la composición y en la interpretación: Joaquín Rodrigo y Andrés Segovia.
Joaquín Rodrigo compositor valenciano. Autor de varios conciertos para diversos instrumentos y gran número de deliciosas canciones en catalán y castellano del más puro estilo decimonónico. Es uno de los más calificados representantes del neo-clasicismo musical español.
Sin embargo su fama esta íntimamente ligada a la guitarra por su obra ”Concierto de Aranjuez”. Estrenado en Barcelona el 9 de noviembre de 1940 con Regino Sainz de la Maza como solista. Una de las obras de mayor éxito mundial de toda la música española.
Andrés Segovia, es sin duda el guitarrista más conocido del siglo XX. Su prodigiosa técnica fue admirada en los grandes teatros y escenarios del mundo gracias a las interminables giras que realizó durante más de setenta años con una media de cien conciertos anuales. Su carrera internacional como intérprete ha sido decisiva. Su enorme esfuerzo ha dado a conocer la belleza de la guitarra entre el público, despertando el interés de los compositores hacia la guitarra, dotándola de un repertorio de calidad, estimulando la creación de cátedras en los Conservatorios y Academias de música hasta hace pocos años inexistentes y dejando una estela de nuevos guitarristas en países tan dispares como Estados Unidos, Australia o Japón.
"La guitarra es una orquesta en miniatura" decía Berlioz.
"Su guitarra no suena fuerte, sino lejos", decía Stravinsky a Segovia.
Y, es que una sola guitarra es capaz de mantener bajo su encanto, durante horas, a los más numerosos y diversos públicos.[1]

La guitarra en América[editar]

La llegada de los colonizadores españoles a América, extendió los instrumentos de cuerda: guitarras vihuelas... entre la población indígena y más tarde criolla del Nuevo Continente que la adoptó en sus formas musicales.
Surgiendo una serie de instrumentos autóctonos de la familia de la guitarra como el tiple colombiano, la jarana mexicana, la mejoranera panameña, el charango peruano - boliviano, el tres cubano. el cuatro puertorriqueño... Convirtiéndose con el paso del tiempo en un elemento fundamental de su propio folclore.
De esta forma tras la Independencia, la música culta de esos países arropada por el nacionalismo musical de finales del siglo XIX, buscó en su propio folclore fuentes de inspiración, y se encontró con la guitarra.
De la importancia y el desarrollo de la guitarra clásica española en Latinoamérica, durante el siglo XX, da muestra el hecho de que Andrés Segovia consideraba el mejor compositor para guitarra de todos los tiempos al mexicano Manuel M. Ponce (1882/1948) Pianista, compositor, director de orquesta crítico musical que tan importante papel desempeñó en la historia artística de su país. Y, cuya obra, tanto por la extensión como por la calidad, en la actualidad es piedra angular del repertorio de los guitarristas de todo el mundo.
Junto a él, destaca el brasileño Heitor Villa-Lobos (1887/1959) Formado también en París, su obra de inspiración brasileña, constituye una considerable aportación a los valores americanos. Junto a sus grandes obras, fue creador de una importante colección de estudios y preludios para guitarra, instrumento del que fue un gran conocedor y que destacan por su desarrollo y la originalidad de su temática
O, el cubano Leo Brouwer (1939) Director de orquesta, compositor y guitarrista. Considerado, en el campo específico de la guitarra el más importante de los actuales autores.
Sin olvidar a intérpretes tan importantes como el venezolano Alirio Díaz (1923) Discípulo de Andrés Segovia y Regino Sainz de la Maza, fundador de la escuela guitarrística venezolana; al argentino Ernesto Bitteti (1943), ni el virtuosismo del cubano Manuel Barrueco.
Y sobre todo no podemos olvidar al incomparable guitarrista paraguayo Agustín Barrios (1885/1944), considerado por muchos el mejor compositor de la mitad del siglo XX. Controvertido, extravagante para su tiempo. Cultivado en idiomas, letras y filosofía, místico y poeta. Se atrevió a cambiar su nombre por uno indígena y actuar vestido con en traje típico guanani. Virtuoso intérprete, compositor, significativo. Sus trescientas obras forman parte del repertorio de guitarristas actuales como David Russell, John Williams.
Su estilo era personal e innovador. Como intérprete explora muchas áreas de la técnica de la guitarra. Arpegios, escalas, armónicos, trémolos. Como compositor combina las formas barrocas, clásicas, románticas con las melodías y los ritmos populares de los países de América del Sur, donde tantas canciones campesinas se han cantado sobre un simple rasgueo de guitarra.

Lectura[editar]

Para escribir la música dedicada a la guitarra barroca se empleaba la tablatura. Cinco líneas, cada una representa un orden de la guitarra. Si se lee de arriba a abajo tendremos que la línea superior es la quinta cuerda u orden, y así sucesivamente hasta la última de abajo que corresponderá a la primera. Hay que advertir que para quienes leen tablatura moderna, este método les parecerá extraño. Se trata de la tablatura italiana, mediante la cual la línea de arriba representa el sonido más grave y la de abajo el más agudo; mientras que la francesa es análoga a la tablatura que leen nuestros guitarristas del siglo XXI.

Afinación[editar]

La afinación de la guitarra barroca es similar a la guitarra moderna. Considerando que desde la más grave a la más aguda tendremos: La (5ta. cuerda), Re (4ta. cuerda), Sol (3ra. cuerda), Si (2da. cuerda), Mi (1ra. cuerda).
Utilizando órdenes (cuerdas dobles), la cuarta se afina una grave y la otra aguda; y la quinta se afina aguda, es decir, equísona con la tercera cuerda pisada en el segundo traste. La primera cuerda no va doble sino simple.

martes, 16 de julio de 2013

http://www.youtube.com/watch?v=HEZrB_FDw4c

Excelente video de losmejores guitarrista del mundo

Musica instrumental

Música instrumental

Los Luthiers. Desarrollo de la música instrumental

Hasta el Barroco la música instrumental fue un género menor, casi siempre acompañaba a la vocal. Pero en el XVII comienzan a componerse obras exclusivamente instrumentales, y poco a poco la música instrumental va adquiriendo mayor relevancia. Esta conquista se debe a los avances técnicos en la construcción de instrumentos.
Los luthiers eran artesanos que fabricaban instrumentos musicales. Algunos luthiers como la familia Stradivarius o la Amati fueron muy famosos y fabricaron violines de excelente calidad que aún hoy son insuperables.

La orquesta

Consecuencia del avance de la música instrumental surge la orquesta como un cuerpo fijo de músicos. Se configura así:
  1. La base la constituyen las cuerdas: destacan los violines en número e importancia, seguidos del resto, violas, violonchelos y contrabajos. En el Barroco comienza el reinado del violín.
  2. A este núcleo central se le añaden los vientos, agrupados de dos en dos: flautas, oboes, fagotes, trompetas. También suele haber dos timbales.
  3. Observa la escasa participación de los vientos metales. Ya al final del periodo comienzan a añadirse las trompas, pero este instrumento es más característico del clasicismo.
  4. El bajo continuo lo interpretan violonchelo y contrabajo, acompañados por el clave.

Formas instrumentales

Entre las formas instrumentales destacan las siguientes:
1.-Suite: Tiene su origen en las danzas del Renacimiento. Desde esta época se considerará de buen gusto entre la aristocracia saber bailar y tocar algún instrumento.
Es una sucesión de danzas cortas que contrastan en tempo (rápido-lento), ritmo (binario-ternario) y carácter, escritas para orquesta. Ejemplos: preludio, allemande, courente, sarabande, giga... danzas elegantes y contenidas,bailadas con pasos, a diferencia de las danzas populares, más animadas, rápidas y saltadas.
ejercicio
Audición 10

A continuación puedes escuchar dos danzas pertenecientes a la suite de Haendel, Música Acuática. ¿Notas alguna diferencia entere ellas?. Intenta describirlas.
HaendelMúsica acuática, 2  
HaendelMúsica acuática, 4  
Minuet
2.-Concierto:
Es la forma musical que encarna el espíritu del Barroco y que adquiere un esplendor asombroso. Aunque en la creación de esta forma intervienen muchos compositores a lo largo del periodo, se atribuye a Vivaldi la forma definitiva. En él se desarrolla el estilo concertato, pues se basa en el contraste entre diferentes masas instrumentales tuttis-solos: hay momentos en que tocan todos juntos (tutti), y otros en los que destaca el solista (solo). En la obra se van alternando distintos momentos de tutti y solo.
Consta de tres movimientos contrastantes en ritmo y carácter, y en todos ellos se establece una sucesión de tuttis y solos.El esquema sería éste:
1º mov.2º mov.3º mov.
AllegroAdagio o
Andante
Allegro
Concierto solista y concierto grosso
La esencia del concierto es la alternancia de Solos y Tuttis, pero el Solo no siempre lo interpreta un único instrumento. En el concierto solista el Solo lo interpreta un único instrumento, la mayoría de las veces un violín que desplegará todo su virtuosismo. Pero en el concierto grosso el Solo lo interpreta un reducido grupo extraído de la orquesta, bien unos cuantos violines, bien instrumentos de varias familias.
ejercicio
Audición 11

Escucha el siguiente concierto de Bach. ¿Crees que es un concierto solistra o grosso? Intenta identificar a los solistas.
BachConcierto de Brandemburgo, nº2, 1º mov.     

3.-Fuga: es una forma muy representativa del barroco. Consiste en la exposición de un tema que se ira repitiendo en distintas voces, e imitando en contrapunto. Pero la repetición no es literal sino que se irá transformando según el principio de desarrollo motívico.
BachClave Bien Temperado. Preludio y fuga nº2, dom     

la musica  intrusmentral es un medio de expresar varias sensaciones y vibraciones para toda persona que desee escucharlas ademas brinda conocimientos mejoras del sistema perceptivo